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15 jul 2015

Nada podía contenernos*, sobre poemario Mashqa de Antonio Chumbile

Nada podía contenernos*

*Verso 50 del poema Desaprobados



Hay libros que son indispensables para torturar nuestra conciencia. Mashqa se forjó para eso. Chumbile el autor en su autobiografía señala que nació mudo y que tuvieron que pegarle más de la cuenta para que aprendiera a hablar, es por eso que el descanso de su voz está en la palabra, la escrita, la que no se mueve ni con el viento, la que espera siempre al buen lector, ese que escucha y toma acciones. Por eso hay poetas que en la extensión de sus versos esconden el final de sus propósitos, y Mashqa solo es el inicio de la apuesta social que el poeta quiere enseñar. Reflejar.

Mashqa aparece en un mundo caótico, en crisis y el poeta lo hace notar, no esconde su afinidad ni posición, va con la cara pelada a la pelea, cambia los libros de autoayuda por libros de crítica social, ama los clásicos
Quiero hablarte de la muerte en la cama
De Marx en la cocina

Y es que Marx fue un excelente cocinero sobretodo de revoluciones, de debates que hasta ahora encienden hogueras en los países del tercer mundo donde las luchas por la liberación aún no culminan. Con ese verso que nombra al poeta de Tréveris, el poeta, otorga, una posición política a favor de los desposeídos, y todo el poemario es así: la lucha de los de abajo sobreviviendo con lo poco que hay: en los buses, en los mercados de lodo, en los versos olvidados en los burdeles, en las medias sin suerte, en los hocicos de todos los ebrios que beben alienación a diario. Nuestro pueblo, con todos los errores del mundo no pierde el miedo a levantarse.
La revolución se iniciará en los manicomios
o en la quebrada

Y así revivimos a los clásicos, a los que alimentaron desde el inicio la vocación para cierta estirpe de poetas: César Vallejo (comunista), Juan Ramírez Ruíz (comunista), Víctor Mazzi (comunista). Por el inbox le señalaba a Antonio que Víctor Mazzi estaría orgulloso de él, o que el mismísimo Heraud ha bajado de los altares para aplaudir y sonreír. Hay poemarios que invitan a la herejía, Mashqa la excede y eso es bueno.

Pero la poesía / no me la ha dado nadie
Yo me di a la poesía y me ha choteado

Leer un poemario a esta altura (o chatura) del país es refrescar la apuesta literaria en una sociedad totalmente alienada

Susan usa su tarjeta de crédito más que su corazón y lo acepta

Donde el amor cabe de lunes a domingo en cartones de plástico o amuletos brillantes, y el “todo se compra, todo se vende” es el credo que desayuna en la cocina. Mashqa siendo rebelde desde el útero (los poetas aprendemos a ser madres al iniciar la idea de un libro, así no se crea, así no se comprenda) nacía de cuando en cuando en recitales de mercados, de colegios en donde las alas sobraban, en combis donde “la gente crece y sueña”.

Y ahora que nació metido en papeles finos, siguen siendo un caballo de troya. La idea de la editorial Gato Viejo: POPULARIZARLO, octubre es el mes elegido, el 8 con la venia del comandante Guevara, quizás. Un caballo de troya que ha de entrar en la conciencia de la muchachada, el transeúnte mayor, de los niños que nacen antes que uno, de las mujeres que aún no entienden de revolución pero la viven a diario y con sudor, y así sucesivamente, Chumbile hizo un poemario contra los libros de autoayuda que te crean espejismos y con todo su psicoanálisis te amoldan nuevamente al sistema. Nació DIGNO Y REBELDE.

ya ni existen versos para cerrarme la boca
ya ni existen versos con el filo suficiente para mutilarme todo esto

Dignidad y rebeldía como un ejército zapatista o tupacamarista en donde los primeros reclutados son todos los pobres del mundo, los que menos tenemos, los que tenemos mucho por ganar, por regresarnos los que es nuestro.

así que levanta el brazo
alza tu pobreza

Sigamos hablando del amor porque todo el libro es una apuesta resumida del ágape al mundo, y es que un amor sin reclamos no es amor

la tierra es solo un pellejo mal frito en un rincón de la parrilla de Dios
mientras pasa un domingo con Mc Donald y el tío Sam

Sin embargo, el poeta, tiene su eros. Ama más de la cuenta e inventa clavitos para ocultar su amor de la enajenación del mundo que te mete por los ojos  las lencerías y los jacuzzis, los cutis perfectos y las nalgas con poder de decidir titulares en los periódicos. El poeta (cierta estirpe) ama con todo aguijones y se pincha y se sangra solo por descubrir dolores de verdad.

Mira estas manos de papel.
Haz con ellas mañanas flores
estrellas o niños felices

Y así comienza el desprendimiento para dar inicio a la creación, sin un corazón desprendido no hay amor, no hay revolución. Los poetas (ahora se podría generalizar) de por sí buscan la belleza; pocos (particularizando) la crean o luchan porque exista, y ahí el debate, pero sigamos con el amor.

El poeta ama como Vallejo, es decir: LOS JUEVES y recicla los huesos  húmeros como ofrenda para la hermana muerte, exigiendo como se debe hacer siempre: amar. La ternura de Mashqa es de este mundo y sabe que un beso tiene que soportar: la distancia, el viejo seguro de salud, el frío del sistema más que del clima; soportar con violencia

Y nos hacemos la violencia en el amor como lo hacen el 1ro de mayo

Violencia liberadora, aquella violencia de un parto, de la primera caída y te levantas, del primer amor que ya no existe porque el primero o el importante, parafraseando a Fidel Castro, es el que se queda.

Para ir finalizando, con Mashqa uno aprende, reaprende, que la vida no es perfecta, al menos para muchos no la es, y que se sique peleando a pesar de tener todas las de perder.  Con Mashqa uno entiende que faltan sindicatos que le ganen a la patronal, que hasta las putas deberían organizarse para derrotar al sistema (las putas de verdad, no las que ganan 14 sueldos al año y están ubicados actualmente las primeras cuadras de la Av. Abancay en pleno centro histórico de la ciudad virreinal), que no es suficiente que sigan esperando Leoncios Buenos como porteros. Que hace falta más. Y los pocos que seguimos en la pelea vamos encendiendo el camino con poesía y revolución.

Salud poeta, Mashqa todavía tiene que conquistar comedores populares, cerros y barriadas, quintas y manicomios. En el camino estamos todos, los que no temen llenarse de polvo los zapatos.

Poesía o miseria.

Ernesto Montero Campos
Grupo Editorial Gato Viejo

gatoviejoediciones@hotmail.com

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