"El corazón sin tus manos
es mi enemigo en el pecho"
Roque Dalton
Él morirá
inundado de cielo
con los pulmones lleno de escarlata
lanzada por las bondades
Él morirá
tenlo por seguro
y lastimarán tus ojos
la falta de despedida
puesto que no encontrarás
su suave calma encima de tu piel
ni sus atenciones antes de los adioses
ni las letras que amoblaban dulcemente tus antiguas inservibles paredes
con él se hizo canción
hasta la pintura
y
morirá
como mueren los que eligieron su muerte:
cantando
libertad
apasionadamente
pensando en la sonrisa de su amada
y será cierto
cuando te comenten que en su velorio
se asentaron las palomas
con sus crías de cielo
que los jardines se tiñeron de color bueno
y el sol sonreía mejor que cálido
era la naturaleza su fiel amiga
la que le protegió en algunos instantes
pero no fue veloz
cuando apareció el asesino de lobos
y murió
enseñando también las garras
desapareciendo su aliento
tras el grito de retaguardia
desapareciendo su mirada de guerra
tras aquella bala que no sabía lo que hacía
matar un corazón lleno de algarabía
y murió soñándote
es así como mueren los poetas
recordando segundo a segundo
que quedaba
el cuerpo que aún tendrá presente
y seguirá amando el tiempo
murió recordando
los inequívocos despertares
y gemidos sobre la cama
¿Tendrá acaso el ocaso necesidad de olvidarse?
Que se olviden todos y todo
pero quedarán tus ojos recordando
e inventando amaneceres de social amor
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