DISCURSO EN HOMENAJE AL COMANDANTE ERNESTO GUEVARA DE LA SERNA
OCTUBRE, 2010
Hablar de Ernesto Guevara de la Serna, el CHE, es situar su vida en las circunstancias en que se habituó desde muy joven, las hazañas que con gran ímpetu fue creando y pues es el hombre el creador de la historia, de su historia. Sabemos del terrible estigma que lo acompañaba el ASMA, pero aun así tremendo jugador de rugby, excelente nadador, un aventurero al extremo, nada desanimaba a este hombre, este hombre que como escribiría el gran Víctor Jara “nunca se quejo del frio, nunca se quejo del sueño”. Sin embargo quería centrarme en otras características históricas que formaron al hombre que ahora admiramos y supuestamente seguimos y otros aun siguen haciendo acción viva sus ideas.
Podría decir que la gran parte de la vida del Che estuvo dentro de la violencia revolucionaria que sin duda no es ajena a nadie, que las épocas vividas por el no es tan diferente a la nuestra, ejemplos; ejemplos, en Guatemala con Jacobo Arbenz, el Che sufrió la desventura de que las fuerzas progresistas no se supieran defender su proceso y la total sinvergüencería del imperialismo para violar tratados, acuerdos y meterse donde quiera. ¿Eso ha cambiado? Vemos a Honduras que por una simple consulta popular las botas asesinas imperialistas entraron según ellos a poner orden, hace días el intento de golpe de Estado al democrático proceso de Ecuador y tantos ejemplos como el de Chile, de nuestro hermano Salvador Allende. Sin duda las épocas no cambian, ni cambiarán mientras siga el poder del Imperialismo metido en el mundo.
Un Guevara apoyando la liberación nacional del pueblo de Cuba, al cual admiramos y fue ese pueblo que nos dio la alegría y el honor de conocer a este hombre, desde el médico humilde que curaba hasta los enemigos a aquel comandante inmisericorde con los asesinos del pueblo cubano. Y se inicio una guerra terrible, quizá un tanto comparable con otras más que el mismo Guevara advirtió: “Las guerras de liberación serán cada día mas largas y cruentas, mas prologadas. El imperialismo ya aprendió con nosotros y no volverá a caer en el mismo error. Es nuestro deber prepararnos para tales situaciones”.
Y fue así, este profeta de liberaciones dio en el clavo. En su época se vivió la gran guerra de Vietnam, una guerra que duro alrededor de 40 años, un pueblo heroico que soporto el embate de 3 potencias imperialistas y a las 3 venció con sumo coraje. Ese ejemplo el Che Guevara nos invitaba a seguir. Luego la guerra hace poco terminada por el pueblo de Nicaragua con casi 50 años de lucha, la que vivimos a unas millas, en Colombia, hermanos comunes como nosotros soportando las bombas egoístas y criminales con casi 50 años de lucha, resistiendo y persiguiendo el sueño de una patria románticamente revolucionaria que en palabras de Fernández Martínez Heredia “Son personas comunes y corrientes y a la vez héroes” y tantos ejemplos que existen, porque los hay, los hermanos mapuches encarcelados injustamente, nuestros hermanos amazónicos que fueron maltratados, la lucha por el gas, etc.; eso quiere decir que un tiempo de paz no se vive ni se podrá vivir hasta vencer a ese imperio que quitó la vida a este hombre, comandante, medico, guerrillero, poeta, economista, y tantas características, hace 43 años. ¡Sí, compañeros! Ese imperio asesino a este ejemplo viviente, ejemplo de un verdadero humanismo, de un verdadero marxismo, se cumplen 43 años y las cosas siguen idénticas. Un imperio que aun mata niños de frio y de hambre, que encarcela hombres que no se adecuan a su sistema como son nuestros 5 héroes y que como ellos hay tantos más encarcelados y nuestra solidaridad con todos ellos.
Me van a disculpar que haya comenzado por la parte un poco fea de la historia, una parte llena de rabia pero que creo es necesario en estos tiempos hablar, seguir la misma línea de denuncia que nuestro comandante enseñó. Y como buen guevarista al buen estilo del trovador cubano Fran Delgado: no permitiré “que utilicen mas discursos en tu honor, ni usen tu retrato sin van a predicar lo que no son”.
Señalé algunas características del Che en las anteriores parte de este discurso como fue poeta, excelente estratega militar, economista, un hombre lleno de cualidades, un hombre honesto, fiel y sincero en toda su vida, pero sobre todo y ante todo un ser humano y hombre como los que estamos acá y que se fue formando como lo que es, es decir, que hombres así son posibles, de su talla y grandeza son posibles encontrar, son posibles formar y que Fidel no se equivocó cuando pedía ser como él “Como queremos que sean nuestros hombres del futuro, que sean como el Che”.
Y ser seguidores de él es poco a poco andar en su camino, en sus pasos, es nuestra misión ser cada día hombres, varones y mujeres nuevos, nuevas; para así lograr el verdadero socialismo que anhelamos, desde las cosas más pequeñas: ayudar en los quehaceres de la casa, a los niños pequeños, a relacionarnos más con los jóvenes, a involucrarnos verdaderamente con las masas y defender la patria de los abusivos imperios.
El HOMBRE NUEVO, compañeros es posible, ese hombre nuevo que rescató el Che de la esencia del pensamiento elaborado por Marx, nos interesa más la liberación del hombre de su enajenación, de su alienación; porque “el hombre – como diría Marx- necesita más de su dignidad que su pan”, y en esa línea estaba el Che, al hombre hay que transformarlo conscientemente que deje de ser un lobo y pase a ser humano, hermosamente humano.
No quería despedirme sin repetir una frase que a mi parecer resume lo que el Che hacia, lo que gente como él sigue realizando, y yo en mi modesto esfuerzo voy caminando, la frase es: “Sin riesgo a parecer ridículo déjenme decirle que el revolucionario verdadero esta guiado por grandes sentimiento de amor”. Eso resume la vida de Guevara, una vida de entrega pero hecho CON AMOR, eso me incentiva decir: QUE LA REVOLUCION ES POR AMOR, que se la hace por amor y se tiene que llegar a ella para completar este AMOR.
Sin duda nos seguirán diciendo
ROMANTICOS
AVENTUREROS
Y podemos contestar a esos que nos señalan con el dedo,
Pues SÏ
“Somos aquellos románticos y aventureros pero de los que son capaces de arriesgar hasta el pellejo”
ERNESTO MONTERO
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